La Palabra de Dios es la mejor medicina para el ser humano. Hospitalitos de la Fe te trae hoy una selección de textos bíblicos que te serán de gran ayuda si los meditas con atención y los practicas con diligencia y fe:
- ”¡Mira, Yahveh, que estoy en angustias! ¡Me hierven las entrañas, el corazón se me retuerce dentro, pues he sido muy rebelde! Afuera, la espada priva de hijos, en casa es como la muerte” (Lm 1, 20).
- ”Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia, y no os desviéis, para no caer. Los que teméis al Señor, esperad bienes, contento eterno y misericordia. Mirad a las generaciones de antaño y ved: ¿Quién se confió al Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado? ¿Quién le invocó y fue desatendido? Qué el Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulación. ¡Ay de los corazones flacos y las manos caídas, del pecador que va por senda doble! ¡Ay del corazón caído, que no tiene confianza! por eso no será protegido. ¡Ay de vosotros que perdisteis el aguante! ¿Qué vais a hacer cuando el Señor os visite? Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras, los que le aman guardan sus caminos. Los que temen al Señor buscan su agrado, los que le aman quedan llenos de su Ley. Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Si 2, 7. 9-17).
- ”Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahvé tu Dios y escucharás su voz; porque Yahvé tu Dios es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te aniquilará, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres” (Dt 4, 30-36).
- ”En ti confíen los que saben tu nombre, pues tú, Yahveh, no abandonas a los que te buscan” (Sal 9, 11).
- ”¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros todos que esperáis en Yahveh!” (Sal 31, 25).
- ”Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11, 28-30).
- ”Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que, llegada la ocasión, os ensalce; confiadle todas vuestras preocupaciones, pues él cuida de vosotros” (1P 5, 6-7).
Para compartir:
1.- Elije y comenta el fragmento que más te fortaleció y te gustó.
2.- Escribe o recita una oración espontánea recogiendo y entregando confiadamente a Cristo lo que sientes.
Autor:
Pbro. Héctor Pernía, mfc