Cuando llegan los momentos difíciles, ¿qué lugar tiene la Sagrada Escritura en tu vida? Te traemos una buena noticia: en los momentos difíciles se nos abren los oídos y la inteligencia; cuando las cosas se resquebrajan y parecen hundirse, ¡allí entendemos la Palabra de Dios!
Alimentarnos de la Palabra de Dios en los tiempos difíciles nos da herramientas y encontremos frases como “Dios vuelve pronto”. En nuestra misma Fe Católica siempre ha estado este elemento, el retorno de Cristo no como la venida del final de los tiempos, sino la visita que nos hace en medio del camino ante el dolor que es el principio de su visita.
Nuestro Rey crucificado y llagado lleno de dolores y dificultades es la antesala de nuestra visita; pero su mensaje no acaba en la muerte de la cruz, sino que a través de esos dolores nos anuncia algo grande que se acerca. Dios dice a sus discípulos: “No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán” (Jn 14, 18-19), es una promesa que hace Cristo y puedes aplicarlo en tu vida y reclamar esa promesa y decirle: ¡ven a visitarme!
Apoyarnos en las promesas es la credencial para presentarnos ante Dios y vencer ese orgullo que viene del demonio que no permite que nos acerquemos. Jesucristo no entra en tu vida porque te lo merezcas, sino por su promesa.
De manera que, un día que vivamos lejos de Dios es un tiempo perdido, “Os aseguro que lloraréis mientras el mundo se alegra” (Jn 16, 20). Dios viene a traerte consuelo para sanar, Cristo Jesús entra en el silencio y puede que pierdas la visita real que no es para pedirle que uno gane sino para que tu vuelvas al plan. No es para que se vea quien soy yo, sino para que se vea Dios y aparezca la bondad de Dios y así poder entender la frase “el mundo no me verá…” porque es un secreto entre Él y yo. Deja a Dios ser Dios, *deja a Dios que te visite como Él es, no como tú quieras que sea.*
No le pongas condiciones a Dios, no pretendas desquitarte como nos lo dice Sion ««El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí». ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré! Yo te llevo grabada en las palmas de mis manos, tus muros están siempre ante mí” (Is 49, 14-16). Así sentimos nuestra vida ante un dolor profundo, un absurdo, pero Jesucristo se nos presenta con sus manos llagadas del dolor y por eso, no le puedes negar que tú le perteneces a Él.
Lo que significa que Él nunca se olvidará de ti porque “Yo te llevo grabada en las palmas de mis manos” y es verdad que Jesús vuelve pronto pero no le impongas ideas porque como dice San Pablo “en Él vivimos, nos movemos y existimos…» (Hch 17, 28).
Para compartir
1.- ¿Descubriste cuáles son las promesas que Dios ha hecho en tu vida?
2.- ¿Te fijaste que la frase Dios vuelve pronto es de la fe católica?
Autor
Pbro. Luis Ortega, mfc