Apologética en la Liturgia de la Palabra
LEYES QUE NO SON LEY
Lunes, XXI Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia; memoria obligatoria.
Lecturas del día: 1Ts 1, 1 – 5. 8-10; Sal 149, 1-6. 9; Mt 23, 13 – 22
Comentario:
En la escucha cotidiana que hacemos como Iglesia de la Palabra de Dios, hoy tenemos la oportunidad de recibir estos textos para darnos Vida eterna.
Hoy comenzamos la escucha de la Primera Carta del Apóstol San Pablo dirigida a los Tesalonicenses, que es el texto más antiguo del Nuevo Testamento y también comenzamos la escucha del capítulo 23 del evangelio de San Mateo que contiene los lamentos de Jesús hacia los fariseos y escribas del Pueblo de Israel de su tiempo.
La clave de esta sección del evangelio y de otros pasajes semejantes es la crítica que Jesús hace a estos dirigentes religiosos del Pueblo de Israel por la forma en como han inventado o establecido leyes que no emanan directamente de la Ley dada por Dios a Moisés, pero que se presentaban como si así fuera. El problema residía, principalmente, en que ésto producía una manipulación que llevaba a hacer esencial lo superficial, y lo importante, lo terminaba rebajando a un sitio cualquiera.
De hecho, los Apóstoles y las Primeras Comunidades Cristianas tuvieron que superar estas costumbres, que llegaron a provocar verdaderos conflictos en la predicación del Evangelio y que fueron la causa de que se convocara y realizara la Reunión de Jerusalén para determinar que para ser auténticamente cristiano, no era necesario hacerse culturalmente judío, y cómo debían adecuarse las ordenanzas del Antiguo Testamento a la Vida Nueva en Cristo (cf. Hechos 15 y 16).
En la actualidad, seguimos padeciendo situaciones semejantes, no sólo por la interpretación manipulada que las sectas hacen de pasajes y textos de la Sagrada Escritura como: la obligación del Sábado, del Diezmo, alimentos puros e impuros, entre otros, sino que también en la Iglesia Católica caemos en estos casos cuando las costumbres populares tienen más importancia que la Palabra de Dios (compadrazgos, mayordomías, fiestas patronales llenas de borracheras y pleitos) o cuando los Sacerdotes imponemos condiciones que no se encuentran ni en la Biblia ni en el Derecho Canónico vigente de la Iglesia, o cuando lo que sí nos pide la Palabra de Dios lo pisoteamos bajo el falso pretexto de la misericordia.
Que las palabras de Jesús nos lleven a una revisión personal y comunitaria para que no seamos estorbo para quienes están llamados a la Salvación y para que superemos toda manipulación de la Palabra de Dios y así seamos auténticos Apóstoles de su Evangelio.
Para compartir:
1.- ¿Qué costumbres han tenido más valor en mi vida que la Palabra de Dios?
2.- ¿Cómo debo trabajar la Animación Bíblica de la Pastoral?
Elaborado por:
P. Christopher Cortés, mfc