Apologética en la Liturgia de la Palabra
REINO DE LOS CIELOS, HISTORIA Y PLENITUD
Martes, XVII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria.
Lecturas del día: Ex 33, 7–11; 34, 5–9. 28; Sal 102, 6-13; Mt 13, 36–43
Comentario:
En este día, la Palabra de Dios que se nos proclama en los textos bíblicos, pone ante nuestros ojos una realidad compleja que siempre requiere ser vista tal y como Dios lo hace para no caer en extremos equivocados.
La explicación de la Parábola del trigo y la cizaña que escuchamos en el Evangelio de San Mateo nos pone ante uno de los momentos más intensos de la predicación de Jesús, ya que en este texto de carácter histórico-apocalíptico muestra la encrucijada en la que se desarrolla la vida del mundo y de la Iglesia y en la cual no es posible un término medio.
De esta manera, Jesús nos muestra que el Reino de los Cielos no es un mundo separado del nuestro, sino que aquí y ahora se gesta en todas y cada una de las decisiones y acciones que los hombres realizan a cada momento de sus vidas, tanto en lo individual como en lo comunitario. Desde esta Revelación, cada bautizado ha de descubrir la vocación a la que Dios mismo lo ha llamado, ya no como una opción irrelevante sino como la clave de construcción de la propia vida y de la sociedad.
Cuando se privilegia lo material, se procuran solucionar los problemas sin una mirada profunda ni trascendente. Cuando no se toma en cuenta, se espera que Dios componga todo y que las personas y la sociedad se desarrollen irresponsablemente sin relación con Dios y su eternidad. Negar que las acciones humanas contienen y producen consecuencias para el presente y la eternidad es no comprender el Evangelio en su profundidad y totalidad.
Por todo esto, es que el Nuevo Testamento es muy claro respecto a que los que tuvieron oídos y oyeron la Palabra y la pusieron en práctica y decidieron ser y vivir como Trigo del Reino brillarán en la Gloria plena del Padre, y que los que la rechazaron y decidieron vivir como cizaña, sólo podrán tener el destino de lo inútil.
Cuando algún sacerdote o pastor afirma que no hay Infierno o que esto es un mito, lo único que muestra es una no comprensión de la Verdad Revelada, más, cuando la asumen en su sentido pleno, tampoco la exacerban ni la ponen al centro de la predicación del Evangelio. Por tanto, seamos ciudadanos del Reino, evangelizando a los demás, y descubramos que la cizaña no se arranca, sino que se evangeliza para que todos lleguemos a la Plenitud del Reino en donde Dios quiere que brillemos para honor de su Gloria.
Para compartir:
1.- ¿Por qué muchas predicaciones niegan la existencia del infierno cuando es un dato revelado?
2.- ¿Cómo se puede procurar una mejor evangelización sin negar ni exacerbar lo que Dios ha enseñado?
Elaborado por:
P. Christopher Cortés, mfc