Miércoles, III semana del Tiempo Ordinario, feria,
*Lecturas del día:* Hb 10, 19-25; Sal 23, 1-2.3-4ab.5-6; Mc 4, 21-25.
*Comentario:*
Hoy la primera lectura trae un texto que los no católicos suelen usar para “animar” a sus simpatizantes a no desmayar en la asistencia regular a sus lugares de culto; me refiero al texto de *Hb 10, 25*. Es común escuchar que reciten las palabras de la Biblia protestante Reina-Valera (1960): “no dejando de congregarnos (…)”. Si bien, los católicos también insistimos en el deber de ir regularmente a nuestras “reuniones” *(1)*; nos diferenciamos en la finalidad de dicha reunión: ¿Para qué nos reunimos? ¿Cuál es el propósito?
Los protestantes invitan a un “culto” que va desde una simple reunión de oración comunitaria hasta un festejo (tipo concierto) que denominan de “adoración y alabanza” a Dios. Independientemente del día de la semana que la hagan, siempre tienen como elemento central la exposición de sus doctrinas (acompañadas de la Biblia, cierto; pero poco “bíblicas” en cuanto al análisis del texto sagrado). Pocos enseñan que particularmente la “reunión” del domingo debe ser una celebración de la resurrección del Señor *(Jn 20, 19; Hch 20, 7)*.
Por nuestra parte, los católicos SÍ invitamos a celebrar la resurrección del Señor. También podemos (y realizamos) reuniones para orar, rezar el Rosario, estudiar la biblia o la doctrina (la “catequesis”) pero –sobre todo ello- lo más importante es la conmemoración de la resurrección del Señor. Bien decía San Juan Crisóstomo: “puedes orar en casa; sin embargo no puedes orar igual que en la iglesia, donde son muchos los reunidos, donde el grito de todos se eleva a Dios como desde un solo corazón. Hay en ella algo más: la unión de los espíritus, la armonía de las almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes” *(2)*.
Esta celebración de la resurrección del Señor, que realizamos a diario (Hch 2, 46), cobra particular importancia el domingo: “Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas (…) el domingo” *(3)*. Además, lo central de nuestra “celebración” no es escuchar un sermón (aunque sí forma parte de la misma) sino “la fracción del pan” (Hch 2, 42; 20,11; 1Co 10, 16-17); donde Cristo vuelve a hacerse presente en ese pan y vino (Mt 26, 26-29; Mc 14, 22-25; Lc 22, 17-20; Jn 6, 52-58; 1Co 11, 23-26).
*Fuente:*
*(1)* Catecismo de la Iglesia Católica, Numerales: 2178.
*(2)* Catecismo de la Iglesia Católica, Numeral: 2179.
*(3)* Catecismo de la Iglesia Católica, Numeral: 2174.
*Para compartir:*
1.- ¿Has escuchado decir que no importa a cual “iglesia” uno vaya, que lo importante es “aprender” de Dios, “alabarlo” y “adorarlo”? ¿Qué respondes a eso?
2.- ¿Te ha parecido que la misa es “aburrida” y que deberíamos los católicos “aprender” de los protestantes y hacer cultos al estilo de ellos? ¿Cuál crees que ha sido tu error si has pensado así?
*Elaborado por:*
Nelson Ledezma, mfc