*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
Viernes, III Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.
*Lecturas del día:* 2Sam 11, 1-4. 5-10. 13-17; Sal 50, 3–7. 10–11; Mc 4, 26–34.
*Comentario:*
Las lecturas bíblicas de hoy son de gran ayuda para sacar de dudas a quienes sientan confusión o nieguen el Pecado Original. En la caída del rey David, en el dolor que vive por el pecado de adulterio y asesinato que cometió, se puede apreciar la inclinación de todo ser humano hacia el pecado. Veremos, en los capítulos siguientes, su capacidad de reponerse, y la misericordia de Dios quien se conmueve y restaura a sus hijos de la caída.
En el Salmo de hoy notamos esa inclinación al mal y la condición de pecador con la que todos nacemos: _”Tú ves que malo soy de nacimiento, pecador desde el seno de mi madre.”_ *(Sal 50, 7)* A muchos les cuesta entender este pecado, porque consideran que nacemos inocentes. Es verdad, de eso no cabe duda. Todos nacemos inocentes, pero no inmaculados. El Pecado Original es un pecado adquirido por el niño, no es un pecado cometido por él. Leamos con atención (Rm 5, 12-19) y entenderemos que este es un pecado cometido por el hombre al inicio de la creación, y que alcanzó, por propagación, a todos.
La enseñanza de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia al respecto, indica:
“La naturaleza del pecado original, aunque resulte misteriosa, quedó clara y definitivamente explicada en el Concilio de Trento como la pérdida de la vida sobrenatural, la muerte del alma (Ses. V. can. II), y como «ausencia de la justicia o gracia divina, mancha contraída por cada ser humano en el momento de su concepción» (Ses. VI. cap. III).
“El Concilio llamó «justicia» a la gracia divina, recogiendo el principio explicado por San Agustín: «El pecado deliberado del primer hombre es la causa del pecado original».
Este principio es desarrollado posteriormente por San Anselmo: «el pecado de Adán fue una cosa, pero el pecado de los niños al nacer es algo distinto; el primero fue la causa, el segundo es el efecto» (De conc. virg. 24).(1)
Dios nos llama a prestar más atención a su misericordia ante nuestra fragilidad humana, que a quedarnos absortos en el hecho del pecado.
*Fuente:*
*(1)* Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006. e-Sword. The Sword of de LORD with an electroinc edge.
*Para compartir:*
1.- ¿Qué comprensión sobre el pecado original te ha dado la enseñanza de hoy?
2.- ¿Qué significa que nacemos inocentes, pero no inmaculados?
*Elaborado por:*
P Héctor Pernía, mfc