*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
Lunes, IV Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
*Lecturas del día:* Hb 11, 32-40; Sal 30, 20-24; Mc 5, 1-20
*Comentario:*
No te dejes intimidar o callar por quienes tratan de silenciar tus alabanzas y honores a los Santos. Fíjate muy bien en Hb 11, 32 con qué gozo y firmeza el escritor sagrado elogia las virtudes de varios siervos de Dios en el Antiguo Testamento: Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Observa lo que dice de ellos: “Éstos, por la fe, sometieron reinos, administraron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon al filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros” (Hb 11, 33-34). Lee todo el capítulo once, y verás muchosotros siervos de Dios y alabanzas.
Si en la Alianza antigua, que era imperfecta (cf. Hb 8, 6-13) hubo hombres santos, ¿cómo no los iba a tener la nueva, perfecta y eterna alianza de Cristo, a más de dos mil años de estar vigente?
Alabarlos y honrarlos es nuestra necesidad
Dice en el Salmo 15: “…Señor, ¿quién podrá entrar en tu Monte Santo?» (v.1), y en el verso cuatro *(v.4)* responde: “el que honra a los que temen a Yahvéh”. Porque si Cristo, a ellos los glorifica, la honra y gloria a los Santos, es honra y gloria para Cristo (cf. 2Ts 1, 10; Ef 1, 12).
“Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mc 12, 17).
Si te reconoces de Dios, dale a los Siervos de Dios el trato correspondiente, pues dice así el Señor: “…dad a cada cual lo que se le debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor.” (Rm 13, 7).
Distínguete de los hijos de este mundo, que se placen en banalidades en sus honores a sus ídolos en la moda, el deporte, la música, las sectas o la política. ¡Hazlo tú con los Santos de Dios! Él se place viéndote honrar a sus Siervos, porque sabe del bien tan grande que te hace. Como decía San Bernardo, Abad: “La veneración de su memoria redunda en provecho nuestro, no suyo. Por lo que a mí respecta, confieso que, al pensar en ellos, se enciende en mi un fuerte deseo» (1).
*¿Qué frutos produce la alabanza a los Santos?*
Continúa san Bernardo diciendo:
“El primer deseo que promueve o aumenta en nosotros el recuerdo de los santos es el de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos y compañeros de los espíritus bienaventurados, de convivir con la asamblea de los patriarcas, con el grupo de los profetas, con el senado de los apóstoles… Nos espera la Iglesia de los primogénitos, y nosotros permanecemos indiferentes; desean los santos nuestra compañía, y nosotros no hacemos caso; nos esperan los justos, y nosotros no prestamos atención” *(Ibídem).*
*Fuente:*
*(1)* San BERNARDO, Abad; Sermón 2, (Opera Omnia, ed. Cisters, 5 [1968], 364-368). Oficio de Lectura de la Liturgia de las Horas, Solemnidad de los Santos.
*Para compartir:*
1.- ¿Qué beneficio espiritual trae al cristiano alabar a los Santos de Dios?_
2.- ¿Cuál ha sido tu experiencia espiritual respecto a la devoción a los Santos?
*Elaborado por:*
P. Héctor Pernía, mfc