*Lecturas del día:* 2Cor 5, 14-21; Sal 102; Lc 2, 41–51.
*Comentario:*
“El 4 de Marzo de 1944, con el decreto «Cultus liturgicus», el Papa extendió a toda la Iglesia latina la fiesta litúrgica situándola en el 22 de Agosto” (1). Sin embargo, se conmemora también en esta fecha, por indicar la profunda unidad cristocéntrica que tiene su devoción, al celebrarse con esplendor, justo el día después de la fiesta anual dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. De esta manera, todo católico cuenta con un poderoso escudo para rebatir las lanzas despectivas de las sectas que pretendan tildar de idolatría esta manifestación de fe en el pueblo de Dios.
¿Por qué se celebra esta fiesta un día después a la del Sagrado Corazón de Jesús?
En parte, para enseñar que Cristo va primero que María, y que María es inseparable de Jesús, en la vida de todo cristiano. ¿Quién puede interponerse entre el amor de un hijo por su madre, o de una madre por su hijo?; ¿más, si ese Hijo es Dios, y esa madre, es la Esposa del Padre que, por obra del Espíritu Santo, la hizo Madre de su Unigénito? ¿Cómo no honrar su amor, expresado simbólicamente en su corazón, si es Maestra sin igual en la escuela del discipulado cristiano, enseñándonos con perfección de santidad a amar y obedecer en todo, incondicionalmente y con prontitud a su Hijo, Dios suyo y de todos?
¿Por qué no es ningún acto de idolatría esta festividad de la Iglesia Católica?
Sabiendo que cuando tropezaron nuestros primeros padres en el Paraíso, para sacarlos de la caída, Dios les prometió la redención anunciándoles no solo a su Hijo, sino también, a la Madre que le daría descendencia cuando a la serpiente, Satanás, que los engañó y los hizo pecar le declaró: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje. Él te pisará la cabeza mientras acechas su calcañar” *(cf. Gen 3, 15). Nótese que también la madre le pisa la cabeza; pues, estando el Redentor en su vientre, y, en sus indefensos primeros años de crecimiento, Jesús tomó a su madre como instrumento, y a su padre adoptivo, José, para aplastar la cabeza del demonio que pretendió, a través del emperador Herodes, matar al niño apenas naciera (cf. Mt 2, 13).
¿Cómo no correr a refugiarse en su corazón inmaculado para protegernos en sus murallas de pureza y gracia, ante las insidias tentadoras del demonio, mientras peregrinamos en el camino de nuestra vida terrenal, y hasta el momento último cuando Dios nos llame a su presencia?
Para quien desee profundizar más en éste y otros temas de nuestra fe, les recomiendo adquirir este libro: “Catolicismo para Dummies,” escrito por los Rev. John Trigilio Jr., PhD, ThD, y el Rev. Kenneth Brighenti, PhD.
*Fuente:*
*(1)* CHICO GONZÁLEZ, Pedro, ‘Corazón de María’ “Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa,» Editorial Bruño, Lima, Perú 2006. Tomado de: e-Sword, the Sword of the LORD with an electronic edge
*Para compartir:*
1-. ¿Cuál es el motivo por el que se celebra esta fiesta un día después a la del Sagrado Corazón de Jesús?
2-. ¿Por qué no es ningún acto de idolatría la festividad del Inmaculado Corazón de María?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc