Apologética en la Liturgia de la Palabra
VII Domingo de Pascua.
Ascensión del Señor, Solemnidad.
Lecturas del día: Hch 1, 1–11; Sal 46, 2–3. 6–9; Ef 1, 17–23; Mt 28, 16–20
Comentario:
La solemnidad de la Ascensión del Señor nos instruye apologéticamente en la divinidad de Jesucristo y del Espíritu Santo, y acerca del bautismo en nombre de la Santísima Trinidad.
Los que bautizan negando la Trinidad
La secta de los Unicitarios, llamados así por reducir la divinidad a ‘solo Jesús’, bautizan solo en “en el nombre de Jesús”, y echan fuera al Padre y al Espíritu Santo, ignorando que Jesús anunció a sus discípulos que serían bautizados en el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 5). Además; Él ordenó bautizar en nombre de la Trinidad:
“Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo»» (Mt 28, 18-20).
Parece ser que, para los ‘unicitarios’, tienen mucho más peso las palabras de los discípulos que la del Maestro; y todo, por caer en el mismísimo error de las sectas protestantes, de interpretar al pie de la letra la Biblia las palabras “bautizarse en el nombre de Jesús”, por conveniencia e interés lucrativo, para montar tienda aparte con una “iglesia” sectaria fuera de los demás cristianos. Su miopía y analfabetismo bíblico les hace ignorar que, con tales términos, se está haciendo una directa distinción entre el bautismo de Juan el Bautista y el bautismo de Jesucristo.
Los que niegan que Cristo es Dios
Al analizar Mt 28, 17 y Ef 1, 22-23 descubrimos dos lecciones:
Los discípulos se postran para adorar a Cristo, con lo que se revela e indica su condición divina; y, se ratifica en el texto de Efesios, al expresar que ‘está sentado a la diestra de Dios en los cielos’, en razón de que comparten una misma naturaleza y gloria, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este mundo sino también en el venidero. ¿Dónde se ubican los Testigos de Jehová? Al lado de los señalados en Mt 28, 17; aquellos que dudaron y no se postraron para adorarlo, como sí lo hicieron el resto de sus discípulos.
Todo está sometido a los pies de Cristo, y es Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo. ¡Vaya consecuencia doctrinal! Su Cuerpo – la Iglesia – es partícipe de su Divinidad, por adopción, por el bautismo, por poseer su Espíritu. La Iglesia Católica no está hecha solo de pecadores; pensar así es ignorancia. La Iglesia es Divina por una razón muy sencilla y contundente: Ella es el Cuerpo de Cristo. Cristo es su Cabeza suprema (cf. Ef 1, 22-23).
¿Y cuándo es el final de los tiempos?
Muchos se lo preguntan, y algunas sectas alardean de saber la fecha, quedando en ridículo cada vez que sus profecías fracasan. Dice en la Biblia que a nosotros no nos corresponde saber nada sobre esa materia. Eso le compete solo a Dios decidirlo (cf. Hch 1, 6-7).
Para compartir:
1.- ¿Cuál es la fórmula necesaria para bautizar? ¿Por qué es ésa la fórmula y no otra?
2.- ¿Qué nos dicen los textos bíblicos de hoy sobre la divinidad de Jesucristo y el final de los tiempos?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc