Apologética en la Liturgia de la Palabra
¿EL DIEZMO ES OBLIGATORIO? (Parte II)
Miércoles, XI Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
San Luis Gonzaga, religioso; memoria obligatoria.
Lecturas del día: 2Co 9, 6–11; Sal 111, 1–4. 9; Mt 6, 1-6. 16-18
Comentario:
Presentamos hoy la segunda parte del tema sobre la evolución que tuvo la ley del diezmo al quedar atrás la antigua Alianza y entrar en vigencia la Nueva. En la Liturgia de la Palabra de este miércoles leemos algunas instrucciones que Pablo le dirige a la comunidad de Corinto respecto de las contribuciones.
Lo normal sería que, de haber continuado vigente la obligación antigua de entregar el diezmo, el apóstol Pablo la hubiese insertado o referido en la carta que les escribió. Más bien, en consonancia con el espíritu de gratuidad y libertad que nos mostró ayer en el texto de 2Co 8, 1-9, San Pablo no les impone como norma la entrega de un diez por ciento en especies o en ganado mayor o menor, como lo establecía la antigua Alianza (cf. Lv 27, 30-32), sino más bien, lo que el corazón de cada quien dictamine. Así les dijo:
“Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría” (2Co 9, 7).
Lo que caracterizaba la predicación en torno a las ofrendas no era la presión, ni la coerción, ni tampoco decirle ladrones a los que no entregaran el diezmo, sino que exhortaban y animaban a que cada uno fuese generoso y diese con alegría el aporte que tuviese a su alcance dar (cf. 1Co 16, 2). Más bien, los ladrones aparecen del lado de quienes obligan con severa insistencia tales normas, porque resulta que, según las disposiciones antiguas, estaba estrictamente prohibido por Dios que quienes recibían los diezmos adquirieran y fueran dueños de bienes o propiedades: terrenos, casas, ganado, etc, porque su único bien era el sacerdocio que Dios habían recibido. Puedes verlo en Nm 18, 5-32. ¿Por qué no lo cumplen los falsos pastores que dicen aplicar fielmente el diezmo tal como manda en la Biblia, más aún cuando en el verso 23 dice que tal mandato es un precepto perpetuo?
El espíritu con el que se ha de practicar el diezmo entre los cristianos es de modo muy diferente a como se hacía en el Antiguo Testamento. Éste debe practicarse según enseña hoy el santo Evangelio: “Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará” (Mt 6, 3-4).
El numeral 2449 del Catecismo de la Iglesia Católica, reconoce su valor, en razón de la obligación cristiana de ayudar a remediar la necesidad del pobre y del indigente.
Para compartir:
1.- ¿Qué pasaría en el protestantismo si sus seguidores se enterasen que el diezmo como ley es un invento de sus dirigentes, y que nunca perteneció a la legislación de la nueva Alianza?
2.- ¿Conoces personas católicas que practican el diezmo? ¿Cómo lo hacen?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc