*Lecturas del día:* Tb 6, 10-11; 7,1.9-17; 8, 4-9; Sal 127; Mc 12, 28b-34.
*Comentario:*
Hoy el evangelio nos permite reconocer cómo la pedagogía de Dios es superior a la literalidad de las palabras en las que muchas veces nos quedamos estancados cuando nos acercamos a la Palabra de Dios. En efecto, cuando aquel escriba le preguntó a Jesús: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” (cf. Mc 12, 28), el Señor no le respondió con el texto de *Ex 20, 3-4*: “No tendrás otro Dios que a mí. No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra”. [1]
Tal no fue la respuesta del Señor, Él fue más allá. Respondió con el texto de Dt 6, 4-5: “(…) Escucha Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” *(cf. Mc 12, 29-30)*. Por lo tanto, el Señor no se quedó con la «literalidad» de la pregunta (Cuál es el primer mandamiento) como alguno de nosotros que, automáticamente, respondería con *Éxodo 20,3-4*. Más aún el Señor complementó su respuesta con otro pasaje *(cf. Lv 18, 18)* sobre algo que no le había preguntado el escriba: Jesús le añadió el amor al prójimo; “amarás a tú prójimo como a ti mismo” (cf. Mc 12, 31).
Adicionalmente, notemos otro detalle: El escriba afirmó estar de acuerdo con Jesús y el evangelista añade: “Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente le dijo: No estás lejos del Reino de Dios” (cf. Mc 12, 34). ¿Por qué «no estaba lejos del Reino de Dios»? Porque no basta con estar de acuerdo intelectualmente con lo que el Señor afirma, debemos practicarlo; vivirlo.
No olvidemos que amar a Dios –a quien no vemos- se evidencia en el amor al prójimo –que sí vemos- (cf. 1Jn 4, 20) y este amor al prójimo resume toda la Ley, como dijo San Pablo en Rm 13, 8-10: “(…) quien ama al prójimo ha cumplido la Ley. Pues «no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquier otro precepto, en esta sentencia se resume: «Amarás al prójimo como a ti mismo» (…) el amor es la plenitud de la Ley”. *[Ibid]*
*Fuentes:*
*[1]* _Biblia Nácar-Colunga_ (1977). Biblioteca de Autores Cristianos.
*Para compartir:*
1.- ¿Cómo le explicarías a un hermano que amar a Dios, sobre todas las cosas, y al prójimo, como a sí mismo, es el mejor ejercicio de los Diez Mandamientos?
2.- ¿Qué otros preceptos de la Antigua Alianza conoces que pueden entenderse mejor con la práctica constante del amor a Dios y el amor al prójimo?
*Elaborado por:*
Nelson Ledezma, mfc