Apologética en la Liturgia de la Palabra
Lunes de la V semana de Cuaresma, feria. Ciclo B / Año impar.
Lecturas del día: Dn 13, 1-9.15-17.19-30.33-62; Sal 22; Jn 8, 1-11.
Comentario:
Hoy en el evangelio meditamos el relato aquel (cf. Jn 8, 1-11) donde una mujer «sorprendida en adulterio» es presentada ante Jesús por los «escribas y fariseos»; no tanto para «juzgar» a la mujer –debido a su pecado- sino para tenderle a Jesús una trampa y «poder acusarlo». Veamos cómo:
Si lee más atrás el texto bíblico (cf. Jn 7, 19), encontrará que Jesús les había dicho a los judíos: “¿No es verdad que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?” [1]. Jesús dijo esto pues sabía que estaban enojados con Él por haber sanado a un hombre en el día de reposo (cf. Jn 7, 20-23) y porque les había exhortado a juzgar con rectitud (cf. Jn 7, 24).
Poco después, los judíos le traen a Jesús aquella mujer a fin de que Él la juzgue. Si Jesús cumple la ley debía “estar de acuerdo” con la sentencia de muerte; sólo que estaban en el templo y, en ese caso, podían acusarlo de profanar el templo con ese ajusticiamiento. Si, por el contrario, Jesús optaba por negar la lapidación a esta mujer (perdonándola) estaría “incumpliendo” la ley que condena el adulterio y podían acusarlo de violar la ley abiertamente. Al parecer no tendría escapatoria; esta vez sí tendrían de qué acusarle.
Pero la respuesta de Jesús deshizo sus planes: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra” (cf. Jn 8, 7b). ¡Sabiduría infinita la del Señor! Más adelante, el evangelista coloca estas palabras de Cristo: “Yo no juzgo a nadie; pero si juzgo, mi juicio está de acuerdo con la verdad” (cf. Jn 8, 15b-16a). Con aquella mujer vemos que Jesús juzga con rectitud. Sin ser indiferente al pecado, le dio una oportunidad para el arrepentimiento; le dijo: “anda, y en adelante NO PEQUES MÁS” (Jn 8, 11b).
Ahora bien, ¿qué tiene que ver este análisis con el título de esta Nota? Que este relato bíblico, de tanta riqueza espiritual, no tiene el respeto que se merece en algunas Biblias no católicas. Así, por ejemplo, la Traducción de los Testigos de Jehová, lo coloca a pie de página con una nota diciendo «los manuscritos BSy omiten los versículos 53 hasta el capítulo 8, versículo 11 (…)» [2]. Con ello se atribuyen la autoridad de «decidir» el tratamiento que le dan a ciertos pasajes bíblicos. Pero, ¿De dónde obtienen tal autoridad?
Fuentes:
[1] Dios Habla Hoy. La Biblia con Deuterocanónicos. Versión popular, segunda edición. Sociedades Bíblicas Unidas (1.979).
[2] Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Watchtower Bible and Tract Society (1.987).
Para compartir:
1.- ¿Cómo usarías el texto de Jn 8, 1-11 para enseñar que Jesús es juez justo pero también misericordioso?
2.- Si hay diferencias entre las traducciones bíblicas católicas y no católicas ¿Quién crees que es el único interesado en crear ese caos y confusión entre cristianos?
Elaborado por:
Nelson Ledezma, mfc