Apologética en la Liturgia de la Palabra
Miércoles de la Octava de Pascua. Ciclo A
Lecturas del día: Hch 3, 1–10; Sal 104, 1–4. 6–9; Lc 24, 13–35
Comentario:
Es firme la lección bíblica de la Liturgia de la Palabra en estos primeros días de Pascua, de llevarnos, a la Iglesia Católica, a encontrar en ella el esplendor de la Verdad, es decir, a Jesucristo Vivo y Resucitado.
Los dos discípulos de Emaús son nuestro espejo, y nuestra ruta a seguir para hallar a Cristo vivo, en persona:
“Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. Entonces se dijeron el uno al otro: “¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”.
”De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo. Estos les dijeron: <Es verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón>. Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido en la fracción del pan” (Lc 24, 30-35).
Tú y yo somos discípulos de Emaús, a quienes Cristo nos acompaña en el camino de muchos momentos y circunstancias de la vida, nos habla e instruye mediante muchos acontecimientos, pero hoy, en este relato nos está diciendo que su voluntad es conducirnos a todos hasta la fracción del pan (cf. Lc 24, 13–35), es decir, a la Eucaristía; para que sea allí, y no divagando entre uno y otro “lugar de culto”, donde se nos abran los ojos y le reconozcamos vivo y presente.
También nos conduce a buscar a Cristo en sus respectivos Ministros, los Apóstoles y sus sucesores legítimos. Por ello el hombre tullido le encontró en Pedro y Juan (cf. Hch 3, 6-7. 11-12), y aquel tullido representa a todos los que en cada generación buscamos a Cristo; no por casualidad, sino por hacer acto lo anunciado en Mt 16, 17-19; Jn 21, 15-17; St 5,14-15; Hb 13, 7-9. Pedro, autoridad mayor que Juan, entre los apóstoles, se dirige al tullido para hacerle llegar la acción sanadora de Cristo, actuando tal cual como lo hacen los Ministros hoy cuando van a absolver a los pecadores o a administrar la Gracia de la Reconciliación o la imposición de las manos a los enfermos: “EN EL NOMBRE DE CRISTO…”
Para compartir:
1.- ¿Qué le estará anunciando el Señor a todos los cristianos dispersos con el relato de los discípulos de Emaús?
2.- ¿Tendrá algún parecido o relación con la dificultad de muchos de descubrir a Jesucristo en la Iglesia Católica, el hecho de que los discípulos de Emaús no lo lograban reconocer mientras caminaba y hablaba con ellos, sino estando en la intimidad de la fracción del pan?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc