Apologética en la Liturgia de la Palabra
Viernes, III Semana de Pascua. Ciclo A
Lecturas del día: Hch 9, 1–20; Sal 116; Jn 6, 52–59
Comentario:
Esta semana, con cada evangelio en la liturgia de la Palabra, hemos meditado el discurso de Jesús sobre el alimento que nos da la vida eterna: Su propio Cuerpo y su propia Sangre en la Eucaristía. Estos días hemos leído del capítulo 6 de San Juan –desde el versículo 27 hasta el 51- palabras de Jesús diciendo: “Yo soy el pan de vida” (cf. Jn 6, 35. 48); así como: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo (…) y el pan que yo le daré es mi carne” (cf. Jn 6, 51).
Hoy corresponde la conclusión de este profundo discurso. Nos muestra el texto evangélico lo que discutían aquellos judíos que escucharon las palabras de Jesús: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (cf. Jn 6, 52); tal pregunta, claramente, deja ver que esos judíos entendieron que Jesús afirmaba que Él daría su carne como alimento. Y prosigue con la respuesta de Jesús: “En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros (…). Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” (cf. Jn 6, 53. 55).
Vemos que Jesús no “explica” nada, sino que les dice que su carne es «verdadera comida» y su sangre «verdadera bebida». Quienes niegan la presencia real de Cristo en la Eucaristía, afirman que Jesús no les explica nada a esos judíos por cuanto “(…) no les hablaba sin parábolas” (cf. Mc 4, 34) de manera que “(…) viendo no vean y oyendo no entiendan” (cf. Lc 8, 10); para los no-católicos estas palabras de Jesús son simbólicas y aluden a su sacrificio en la cruz.
No obstante, hay un detalle que hace insostenible ese punto de vista: El evangelista cierra el discurso sin explicar ni aclarar nada (Jn 6, 59). Esto es importante por cuanto es algo propio de su evangelio; con otras tantas frases de Jesús, San Juan añade una explicación. Veamos algunos ejemplos:
🔹 Cuando habló del templo de su cuerpo, pero los judíos entendieron mal creyendo que hablaba del templo de Jerusalén (cf. Jn 2, 19-22).
🔹 Cuando dijo que Dios era su Padre (cf. Jn 5, 17-18).
🔹 Cuando usó la expresión «ríos de agua viva» (cf. Jn 7, 38-39).
🔹 Cuando no entendieron que era el Padre quien lo envió (cf. Jn 8, 26-27).
🔹 Cuando dijo que Lázaro estaba dormido (cf. Jn 11, 11-13).
🔹 Cuando dijo que sería levantado de la tierra (cf. Jn 12, 32-33).
🔹 Cuando dijo cómo moriría San Pedro (cf. Jn 21, 18-19).
En fin, cuando las palabras de Jesús se deben entender literales el evangelista San Juan no añade nada (cf. Jn 3, 3. 5-6. 16-22; 4, 14-26; 8,12-20. 58; 10, 30; 15, 26; 17, 21-22; 20, 22-23).
Para compartir:
1.- _¿Cómo le explicarías a un hermano no-católico que las palabras de Jesús «mi carne es verdadera comida» no son simbólicas sino literales?_
2.- _¿Qué otros textos del evangelio de San Juan puedes usar para apoyar el comentario de hoy?_
*Elaborado por:*
Nelson Ledezma, mfc