Apologética en la Liturgia de la Palabra
Tema: GOZO Y ESPERANZA
Fecha: 16 de mayo de 2020
Domingo, VII Semana de Pascua.
Lecturas del día: Hch 1, 1–11; Sal 46, 2–3, 6–7, 8–9; Ef 1, 17–23; Mc 16, 15–20.
Comentario:
Hoy celebramos la solemnidad de la Ascensión del Señor y, con la Liturgia que nos acompaña, nos vienen varias luces que llenan de regocijo la fe de todo católico que ama a su Iglesia y desea aprender a dar razón de nuestra fe católica ante quienes divergen de ella.
En la primera lectura se nos recuerda que, aunque Cristo se elevó y ascendió al cielo, no dejó sola a su Iglesia; además, las palabras de uno de los ángeles es un mensaje de esperanza: “El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse” (cf. Hch 1, 11). Así mismo, un poco antes, el versículo 5 nos llena de fortaleza al recordarnos el sacramento del bautismo, el cual nos unió a Su Cuerpo (cf. Ef 1, 22-23; 1Cor 12, 27) pues, en él nos dio a su Espíritu (1Cor 12, 13); y, además, nos llena de alegría al anunciarnos la inminente venida del Espíritu Santo sobre los bautizados. Tengamos presente que Él es el Defensor que Jesús nos prometió (cf. Lc 24, 49), y, por ello era que nos convenía que Él se fuera.
Esto es muy necesario predicarlo y llevarlo en nuestros corazones. No sea que haya algún católico dudoso y con la cabeza caída al ver a tantos hermanos que abandonan la Iglesia y se pasan a las sectas; no sea que se sienta abandonado por Dios al ver tanta inmoralidad, incluso, entre ministros de su propia Iglesia, como sucede en estos días con Obispos y Sacerdotes de Alemania que bendijeron el sacrilegio de uniones ilegítimas entre personas del mismo sexo.
En el santo evangelio Jesús dice qué sus apóstoles harán estos signos: “echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos.” (Mc 16, 17-18)
Si algún hermano separado de la Iglesia Católica te enfrentara diciendo: «La Iglesia Católica no es la que Cristo fundó, porque, si así lo fuera, harían todas esas señales que Cristo dijo», te invito a responderle con las mismas palabras que dijo Bruno de Segni, obispo italiano que nació en el año 1048 y murió en el año 1123: “Cada día los sacerdotes dan el bautismo y hacen llamadas a la conversión: ¿no es eso cazar a los demonios? Cada día hablan un lenguaje nuevo cuando explican las Santas Escrituras y reemplazan los antiguos escritos con la novedad del sentido espiritual. Hace huir a las serpientes, cuando quitan lo que une a los corazones de los pecadores con el vicio, por una dulce persuasión… curan a los enfermos cuando reconcilian a Dios con sus almas inválidas por medio de sus plegarias. Tales eran los signos que el Señor había prometido para sus santos: tales son los que se realizan aún hoy en día.” [1]
Fuente:
[1] Documento en línea: Bruno de Segni; Sobre el Evangelio de San Marcos: No necesitamos signos, creemos al Evangelio; https://www.deiverbum.org/mc-16_15-20/
Para compartir:
1.- ¿Por qué el católico debe mantener siempre en pie el gozo y la esperanza en la fe que recibió desde su bautismo?
2.- ¿Has visto en la Iglesia Católica cumplirse las señales que Cristo prometió a sus Apóstoles?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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