Apologética en la Liturgia de la Palabra
Tema: FUENTES DE REVELACIÓN Y BASES BÍBLICAS DE LA DIVINIDAD DE CRISTO
Fecha: 15 de mayo de 2021.
Sábado VI de Pascua.
Lecturas del día: Hch 18, 23–28; Sal 46, 2–3, 8–10; Jn 16, 23–28.
Comentario:
Hoy la palabra de Dios nos instruye en dos fundamentales doctrinas pertenecientes al depósito de la fe: la Tradición y el Magisterio, junto con la Biblia, como medios de Revelación Divina, y la naturaleza divina de Cristo.
En la primera lectura vemos que no fue distribuyendo Biblias que nacieron las primeras comunidades cristianas, sino que fue mediante la predicación a viva voz, o por cartas, desde los apóstoles y aquellos ministros que ellos fueron estableciendo en las nacientes comunidades cristianas. Pablo, por ejemplo, iba recorriendo regiones para confirmar la enseñanza del evangelio; es decir, para garantizar que recibían y transmitían la fe auténtica, sin adulteraciones. No entregaba Biblias porque ésta aún no existía. Había que esperar unos tres siglos hasta que nació el canon, de mano de los Concilios católicos que la formaron y declararon que era de inspiración divina.
Los grupos protestantes, si persisten en su falsa doctrina de que solo la Biblia es suficiente para conocer la revelación y salvarse; deberían defender a la Iglesia Católica con mucha más fuerza que los mismísimos católicos, por el simple e irrefutable hecho de que fue del seno de esta Iglesia que nació la Biblia, entre los años 382 y 419, en los Concilios celebrados en las ciudades de Roma, Hipona y Cartago.
En el santo evangelio hay varias notas que de modo espléndido evidencian la naturaleza divina de Cristo. Lo vemos en estas palabras que Él dirigió a sus apóstoles: “El Padre mismo os quiere, porque …. Creéis que salí de Dios. Salí del Padre”. (Jn 16, 27) Jesús es Dios porque salió de Dios, engendrado por Dios. Nosotros los seres humanos no lo somos, porque fuimos engendrados por un ser humano, y un animal no lo es porque salieron de otro animal. Los ángeles tampoco, porque son creaturas espirituales que Dios creó de la nada. Jesucristo, en cambio, sí es Dios, porque salió directamente de Dios sin participación de espermatozoide de hombre alguno, sino solamente mediante el fecundo vientre materno de la Virgen María. En ese sentido dice Jesucristo que salió de Dios, en cuanto su naturaleza es la misma del Padre, distinguiendo, claro está, que el Padre no es el Hijo, ni el Hijo es el Padre. Muestra de ello son los muchos ejemplos que nos muestra el evangelio donde Jesús se refiere al Padre como otra persona distinta de Él.
En el evangelio también tenemos revelación sobre la divinidad de Cristo mediante dos vías: omnisciencia y procedencia. La primera, es un atributo que solo posee Dios. Por eso, los discípulos le dijeron: “Sabemos que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte” (Jn 16, 30) En cuanto a la procedencia, este atributo refiere a la naturaleza que Cristo posee, y reaparece con firmeza en las palabras de sus discípulos: “por esto creemos que has salido de Dios” (Jn 16, 30)
Para compartir:
1.- ¿Por qué la Biblia no es la única fuente de relevación divina?
2.- Destaque los signos que en el evangelio de hoy revelan la naturaleza divina de Cristo
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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