II Domingo después de Navidad.
*Lecturas del día:* Eclo 24,1-2. 8-12; Sal 147,12-13. 14-15.19-20; Ef 1, 3-6. 15-18; Jn 1,1-18.
*Comentario:*
Los textos bíblicos de este domingo son de gran ayuda para que el pueblo cristiano confirme que es totalmente correcto y de gran ayuda, creer en los santos y reconocer en ellos la gloria de Dios. También sirve para abrir los ojos a las personas que tildan de idolatría las expresiones de alabanza que los católicos le dirigen a los Santos.
Las sectas acostumbran a despreciar todo cuanto tenga que ver con la doctrina de los Santos, y con su hábil retórica, hacen que las personas no se den cuenta de los bienes espirituales y celestiales que Dios tiene para todos quienes acogen y reciben a Jesucristo, como su Salvador. Todo un orquestado plan del demonio de impedir, a toda costa, que el hombre sepa de la grandeza de los dones que Dios tiene para él, y paralizarlo, de modo que no mueva un dedo para alcanzarlos. Veamos los textos:
_“Dios nos ha elegido antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor.”_ *(Ef 1, 4)*
_La gloria a los santos es para alabanza a la gloria de Dios, por los méritos de la gracia de Cristo en ellos. Dice así, san Pablo: _“para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.”_ *(Ef 1, 6)*
¡Cuán grande es la necesidad que tenemos de orar, de instruirnos, para conocer los planes de Dios en nuestras vidas! Por eso se nos dice: _“el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos”_ *(Ef 1, 17-18)*
La negación de la gloria a los Santos no tiene otro objetivo que la rebelión del maligno a que los hombres puedan llegar a alcanzar la gloria de Dios y renuncien a cualquier deseo o aspiración de llegar a ser Santos.
Aquellos que reciben la Palabra, dice el evangelista Juan, alcanzan la gracia de nacer como hijos de Dios. Son nuevas criaturas, nacidas no de la carne ni de hombre, sino de Dios; quien pone en ellos Su Morada, y les otorga la gracia de que ellos puedan contemplar su gloria. *(cf. Jn 1, 12-14)*
Hermoso es contemplar hasta dónde llega el paisaje de la gloria con que está coronada la Sabiduría de Dios. Su resplandor de gloria llega hasta la morada de los ciudadanos de la Nueva Jerusalén, del pueblo de la nueva Alianza. Leamos todo el pasaje de la primera lectura de hoy y lo veremos de modo radiante.
*Para compartir:*
1) _¿Qué aprendizaje sobre los Santos te ha dado esta publicación?_
2) _¿A quién beneficia la gloria que se le de a los Santos? ¿Por qué?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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