*Lecturas del día:* Hch 16, 22–34; Sal 138, 1–3, 7–8; Jn 16, 5–11
*Comentario:*
El conjunto de las lecturas bíblicas de este día ofrece luces que vencen la oscuridad del error de varias denominaciones que adversan la fe católica en la oposición al bautismo de niños y echando agua en la cabeza, y el reconocimiento del misterio de la Santísima Trinidad, y de modo particular, del Espíritu Santo como Persona Divina.
En lo primero, cae la falsa doctrina que arguye diciendo que el bautismo tiene que ser obligatoriamente sumergiendo en agua a las personas y que debe ser aplicado sólo a personas adultas. Veámoslo en este versículo: _“El carcelero, sin más demora, les lavó las heridas y se bautizó con toda su familia a aquella hora de la noche.”_ *(Hch 16, 33)* Que haya sido en un río o una laguna o piscina, eso no tiene cabida, siendo que el bautismo ocurrió a media noche *(v. 25)* y el ambiente descrito no es en lugares abiertos sino más bien, o en la cárcel o en la casa misma del carcelero. En lo segundo, el bautismo no fue sólo para los adultos de la casa del carcelero, sino para toda su familia completa, lo que hace pensar en la participación de los niños. ¡Qué triste que personas que se digan cristianas digan que en la Biblia el bautismo de los niños esté prohibido! Al hablar así ponen por mentirosa la misma Biblia que tanto dicen conocer y amar; cuando, en realidad, los que mienten son ellos.
En el santo Evangelio, quiero detenerme en los versículos siete hasta el once. Jesús dice a los apóstoles: _“les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya, el Protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo.”_ *(Jn 16, 7)* Y, por lo que viene en los versos siguientes, se descubre el propósito de Dios darse en plenitud al hombre: el Padre, se manifiesta en su Hijo Salvador y Redentor y, luego, envía al Espíritu Santo para proteger y conducir a sus Hijos en la Verdad y la Justicia. En las palabras de Cristo citadas en este párrafo él está diciendo a sus discípulos que el Espíritu Santo vendrá a continuar y a conducir los destinos de la Iglesia, que así como se dio la revelación del Hijo, también necesitamos de la Revelación del Espíritu Santo, y que cada uno se da a conocer por separado, no porque ambos no pudiesen cohabitar entre nosotros, sino porque en su pedagogía divina, Dios se encarna en nuestra condición humana para hacernos posible que distingamos que en Él hay tres Personas Divinas, distintas y consubstanciales entre sí; un solo Dios en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
*Para compartir:*
1.- _¿Qué argumentos nos da la primera lectura para fundamentar argüir bíblicamente el bautismo por infusión y para infantes?_
2.- _¿De qué modo se nos revela en el evangelio de hoy la existencia de la Santísima Trinidad?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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