*Lecturas del día:* Hch 14, 5–18; Sal 115, 1–4, 15–16; Jn 14, 21–26.
*Comentario:*
Ayer veíamos que los Santos de Cristo hacen milagros en su nombre, y hoy vemos a uno de ellos, a Pablo, sanando a un tullido, paralítico de nacimiento: _“Le dijo entonces en voz alta: “Levántate y ponte derecho sobre tus pies.” El hombre se incorporó y empezó a andar.”_ *(Hch 14, 5-18)*
El asunto central no va, entonces, por hacerle ver a los hermanos de las sectas que los Santos sí los hacen porque actúan movidos por Cristo. El meollo está, más bien, y he aquí lo más importante, el desafío real de que ellos acepten que esos Santos sean católicos; porque en muchas denominaciones ponen, incluso, avisos públicos donde anuncian: _“¡Aquí se hacen milagros los martes!”_ Es decir, según las sectas, los santos católicos no pueden hacer milagros, pero sus dirigentes sí. ¡Vaya sarcasmo! Eso, del anuncio público, lo vi con mis ojos en una avenida de una ciudad. Allí los “milagros” ocurren sólo ese día de la semana: los martes. Como diciendo: _“¡Por favor, no vayan a buscarlos otro día, porque sólo toca un día a la semana!”_
¡Qué contraste!: de un lado, la imprudencia de las sectas llamar “milagros” de Dios cuanto prodigio planifican u ocurre en sus reuniones; del lado católico, en cambio, primero se hacen rigurosos y estrictos exámenes por tribunales médicos y teológicos para estar seguros de que ha ocurrido un milagro antes de aprobarlo. La advertencia de que el maligno se viste de ángel de luz y de bondadoso para engañar seduciendo a los elegidos con sus artes de prodigios y milagros *(cf. Mt 24, 24; Mc 13, 22; 2Tes 2, 9),* obliga la prudencia que sólo es tomada en cuenta por la Iglesia Católica.
Con la prudencia, la verdad anda de escolta y guía, y con el sensacionalismo y la improvisación, el error, la mentira y el engaño. Por ahí llegamos a la Iglesia, y por ahí se ve la costura a las sectas.
Y tengamos cuidado de no leer el Salmo 115 como lo hacen ellos; y es que yo mismo, aun siendo sacerdote, y antes de llegar a mi vida Hospitalito de la Fe, al ver una imagen de la Virgen María o de Jesucristo, me sentía aterrado de duda, pues venían a mi mente esos versos: _”estatuas hechas por mano de hombre, tienen ojos que no ven, nariz que no huele, boca que no habla…”,_ y todo llegó a la calma cuando leí en la Biblia que Dios en persona ordenó a Moisés a fabricar estatuas de querubines *(cf. Ex 25, 18-23; 1Re 6, 23-29)* que tenían alas y no volaban, boca, nariz, ojos, manos, y no las podían usar porque eran de madera cubierta de oro, y una serpiente de bronce que tenía ojos, boca, y que incluso, fue instrumento de Dios para hacer milagros… *(cf. Nm 21, 7-9)* Comprendí que había un grave error de interpretación por parte de las sectas, y que usan ese pobre argumento para buscar que otros caigan en el mismo engaño en el que ellos viven, de ver demonios donde están las cosas santas de Dios.
*Para compartir:*
1) _¿En qué te ha sido útil el tema de hoy?_
2) _¿Has asistido a reuniones protestantes donde hacen supuestos milagros? ¿Crees que son obrados realmente por Dios?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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