Los ciegos en la fe andan a la deriva entre las sectas

04 DIC / B

Viernes, 1ra Semana de Adviento.

*Lecturas del día:* Is 29, 17–24; Sal 26, 1, 4 13–14; Mt 9, 27–31.

*Comentario:*

El milagro de la sanación a los dos ciegos que nos narra el evangelio de hoy trasciende más allá de la mera curación que éstos le pedían a Cristo. El profeta Isaías hablaba de diversas clases de enfermos que serían sanados por el Mesías Salvador:

_“Los descarriados alcanzarán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.”_ *(Is 29, 24)*

Y, los dos ciegos del evangelio, ¿a quién representan?

_“En sentido alegórico, los dos ciegos representan los dos pueblos, el judío y el gentil; o también las dos facciones, que se formaron en tiempo de Roboam, del pueblo judío. Cristo se dirigió a los que de uno y otro pueblo creían en El con el objeto de iluminarlos en su casa, esto es, en la Iglesia, porque fuera de la unidad de la Iglesia no puede haber salvación. Y aquellos de entre los judíos que creyeron en El, fueron los que divulgaron por toda la tierra la venida del Señor.”_*(1)*

No son pocos los ciegos en la fe que en esta generación actual necesitan gritar también a Cristo _»¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!»_ *(Mt 9, 27)* Los hay en la Iglesia Católica: su ignorancia en Biblia y en la doctrina de su Iglesia ha sido la ceguera que los ha hecho tropezar y caer en las Sectas, las ideologías y en las prácticas de hechicería y ocultismo. Los hay también, en mayor índice de abundancia, entre los grupos protestantes; o ¿acaso no hay más inestabilidad y deserción en sus miembros? Mientras los católicos permanecen toda la vida con un solo bautismo; ellos se lo cambian como cambiarse de camisa, y hay quienes arrastran hasta cinco o seis bautismos, producto de su continua cadena de deserciones.

El extraviado en un bosque no se siente perdido mientras solo mira el árbol que tiene al frente. Pero si intentara desde aquel árbol mirar toda la montaña donde está metido y buscase el camino para salir de ella, de nada le servirá aquel árbol donde está ubicado. Se dirá: _»¡Es que hay tantos árboles!»._ Sabe bien, que en la montaña hay miles de ellos diferentes entre sí, a los que no puede ver por la distancia y el desconocimiento que tiene de aquella montaña. Al sentirse extraviado gritará probablemente, _“¡Auxilio!”, ¡Alguien que me ayude!”._

Esa selva donde se extravían las almas representa la selva de sectas e ideologías anti católicas que invadieron América Latina y otros continentes en las últimas décadas. En ningún siglo antes se había desatado una multiplicación tal de grupos opuestos entre sí doctrinalmente asegurando cada uno la patente de poseer la doctrina verdadera de Cristo. Cualquiera de los seguidores de las sectas que realmente esté buscando a Cristo y se mire en medio de la jungla de sectas que existe en todos lados, clamaría a Cristo: _»¡Ten piedad de mí, Hijo de David!»_ *(Mt 9, 27)*

*Fuente:*

1] Documento en línea: Remigio, Catena Aurea: comentarios de los Padres de la Iglesia por versículos; https://www.deiverbum.org/mt-09_27-31/

*Para compartir:*

1.- _¿Por qué la ignorancia en la fe es la ceguera que más ha ocasionado la deserción de los católicos hacia las sectas?_

2.- _¿Qué labor haces en tu familia y en tu comunidad para sanar la ignorancia en la fe y protegerse de la invasión de las sectas?_

*Elaborado por:*

Pbro. Héctor Pernía, mfc

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