*Lecturas del día:* 1Jn 3, 7–10; Sal 98, 1. 7–9; Jn 1, 35–42.
*Comentario:*
En la Santa Eucaristía, cuando el sacerdote elevando a Jesús Sacramentado proclama: _“Este es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo…”,_ tomando las palabras de San Cirilo de Alejandría, allí ya no se necesita el anuncio de Juan Bautista proclamando: _”Preparad el camino al Señor”_ sino el anuncio, donde él mismo desnuda, ante la vista de todos, la presencia, en persona, del Mesías: _“He ahí el Cordero de Dios”._
Qué tardos somos para caer en cuenta que allí, en ese instante de la Eucaristía, se cumple, para todos los feligreses congregados, ese pasaje de las Escrituras.
Más admirable aún que, de ese anuncio, nace la Iglesia. Apenas Juan hace esa solemne presentación de Cristo, dos discípulos de Juan allí congregados, fueron a ver al Mesías, Jesús le invitó a que fueran a ver dónde vivía, más aún no les había llamado a ser sus apóstoles. Pero, la sorpresa ocurre cuando Andrés, uno de esos dos discípulos, fue a avisar a su hermano Simón que había encontrado al Mesías, que quiere decir ‘Cristo’, y cuando lo lleva a Jesús, ocurre algo inesperado para la lógica humana. Apenas viéndole por primera vez, Jesús fijó su mirada en él y le dijo: _»Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» – que quiere decir, «Piedra»».”_ *(Jn 1, 42)*
Ese acto, tan sagrado y solemne, que deja por escrito el evangelista Juan, se lo encuentra de modo más amplio y detallado en *Mt 16, 17-19:* Replicando Jesús le dijo: _»Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»_
He aquí una evidencia tan contundente que ningún adversario de la Iglesia Católica puede derribar: Simón es LA ROCA elegida por CRISTO para EDIFICAR SU IGLESIA, y no una simple piedrita pequeña, como algunos de ellos suelen inventar para restarle importancia a Pedro y eludir la obligación de obedecer su autoridad como Vicario de Cristo en la tierra.
Porque, de no tener Simón la primacía sobre su propio hermano Andrés y sobre los demás apóstoles, ¿por qué no fue a Andrés, que fue el primero de los doce en conocer a Cristo y quedarse un día con él, o a cualquiera de los demás apóstoles, sino a Simón, el único a quién, apenas Jesús le ve, le cambió el nombre para darle una nueva identidad, una Misión de lo Alto de los Cielos? ¿Por qué lo hace, solo con Pedro, algo tan semejante a lo que en la antigüedad hizo con Abraham, para constituirlo padre de todas las naciones? *(Gn 17, 5)*
*Para compartir:*
1) _¿Cómo se desarrolló la elección que Cristo hizo de su apóstol Pedro para constuituirle en jefe y pastor de su Iglesia?_
2) _¿Por qué Jesús le cambió a Simón el nombre y le dio el de CEFAS, que significa, roca?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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