Jesucristo, Dios y Salvador.

*Lecturas del día:* Is 55, 1–3; Sal 144, 8–9, 15–18; Rm 8, 35–39; Mt 14, 13–21

*Comentario:*

Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios mismo vino al hombre; y, el hombre, al fin, pudo conocer a Dios; gracias a que Dios tomó verdaderamente la condición de hombre, nacido de vientre de una mujer *(cf. Gal 4, 4)*. De invisible a visible, de Espíritu a Carne, Dios humanado. Sin dejar de ser Dios se hizo hombre.

He aquí el don preciosísimo anunciado por Dios a todas las almas a través del profeta Isaías: _“Atended con vuestras orejas, y seguid mis caminos, escuchadme y vivirá en bienes vuestra alma, y pactaré con vosotros pacto eterno: lo santo de David, lo fiel.”_ *(Is 55, 3)*

Fue Dios mismo quien vino, no mediante otro; sino, Él, en persona, en Jesucristo, para establecer el pacto nuevo y eterno de salvación; para concederle a las almas, no un don cualquiera, sino la inmortalidad de Dios. Tal pacto no podía hacerlo acto sino con sangre Suya, ya que así lo había prometido *(cf. Lv 17, 11);* y, sin sangre, ningún pacto podía sellarse *(cf. Hb 9, 21-22)*.

En esto que lees, ¿dónde está el recurso para defender la fe? En la fundamentación teológica que tienen de la divinidad de Cristo, los textos bíblicos en la liturgia de hoy. Con la enseñanza que leemos podemos hacerle ver el desconocimiento que tienen de Cristo aquellas sectas y religiones que niegan que Cristo es Dios.

Refiriéndose a Dios, el salmista profetiza diciendo: _“Compasivo y misericordioso, el Señor, longánimo y misericordiosísimo; bondadoso, Señor, para con todos, y sus conmiseraciones, sobre todas sus obras”_ *(Sal 144, 8-9)* Las almas vieron cumplir esta promesa. _“Al desembarcar Jesús y encontrarse con tan gran gentío, sintió compasión de ellos y sanó a sus enfermos.”_ *(Mt 14, 14)* El evangelista Mateo, movido por el Espíritu Santo, le dio el lugar de Dios a Cristo. Él es el Señor que se compadece y se llena de misericordia ante la humanidad. Acto seguido, multiplicó la comida y le dio a todos de comer. Si Cristo no fuese Dios no hubiese cumplido una promesa que sólo Dios podía venir a realizar.

Las evidencias de su divinidad no llegan hasta aquí. Se encuentra también en la manifestación milagrosa que hizo de multiplicar en miles tan sólo cinco panes y dos peces. Se ve, claramente, la intención teológica del Espíritu Santo revelar que Cristo es Dios todopoderoso.

Como decía San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia:

_“El misterio de la presente acción es obra del Señor de los misterios celestiales. El poder de Aquel que actúa está por encima de toda la naturaleza, y el método de ese Poder desborda la comprensión del hecho. Queda tan sólo la admiración por ese poder.”_ (1)

Para darnos cuenta y reconocer que Cristo es Dios es necesaria y suficiente la humildad de descubrirnos y reconocernos criaturas salvadas por nuestro Creador, que para redimirnos, se hizo hombre, en todo, tal cual como nosotros, menos en el pecado *(cf. Gal 14, 14)* .

*Fuente:*

1] Documento en línea: San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia; Admiración, Comentario al evangelio de Mateo, 14, 12. https://www.deiverbum.org/mt-14_13-21/

*Para compartir:*

1.- _¿Por qué es fundamental creer en la divinidad de Cristo para poder ser cristianos?_

2.- _¿Qué argumentos teológicos enseña esta publicación para fundamentar la divinidad de Cristo?_

*Elaborado por:*

Pbro. Héctor Pernía, mfc

Para conocer, defender y difundir la fe, lleva esta nueva aplicación a donde estés. Ayúdanos a difundirla compartiendo esta publicidad con tus familiares y hermanos en Cristo