Apologética en la Liturgia de la Palabra
Fecha: 12 de enero de 2021.
Martes de la primera semana del tiempo ordinario, feria.
Lecturas del día: Hb 2, 5-12; Sal 8; Mc 1, 21-28.
Comentario:
En estos tiempos que vivimos, donde la tecnología y la ciencia dominan el modo de pensar de nuestras sociedades, lo espiritual y trascendente parecen cosas de una mentalidad primitiva ya superada. Suele verse a la religión sólo como un patrón para la enseñanza moral y las buenas costumbres, pues se le intenta despojar de toda referencia a lo “espiritual” y su existencia; más aún cuando del “maligno” se trata, de “Satanás” o el “Demonio”. Esto, lamentablemente, no es algo que ocurra “fuera” de la Iglesia; ya nos lo advertía el papa Francisco el 11 de octubre de 2.013: “(…) nosotros no tenemos derecho a simplificar las cosas (…) ¡No! La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia termina también con la presencia del demonio, con la victoria de Dios sobre el demonio (…)” (1).
En el evangelio de hoy tenemos un episodio donde el Señor expulsó de un hombre a un “espíritu inmundo” (Mc 1, 25). Notemos que aquel hombre estaba en la sinagoga, en el lugar donde se aprendía sobre Dios (diríamos hoy: “estaba en la catequesis, en la parroquia”); no se trataba de un caso en donde el “espíritu inmundo” (entiéndase: un demonio) tuviese a aquel hombre fuera de la comunidad religiosa (como sí fue el caso del endemoniado de Gerasa; cf. Mc 5, 1-5). Esto nos demuestra como muchos “espíritus inmundos” también merodean entre aquellos que buscan a Dios (inclusive, entre quienes le sirven). Pero también notemos que el texto bíblico dice que el “espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él”. Aquí es donde los que niegan la existencia del maligno “interpretan” que el lenguaje bíblico es sólo simbólico, de acuerdo al lenguaje de aquellos tiempos, y que –en realidad- se trataba de alguna enfermedad mental o neurológica (como la epilepsia).
No obstante, esta no ha sido la posición de la Iglesia. Como bien enseñó el santo papa Pablo VI hablando de Satanás: “se sale del cuadro de la enseñanza bíblica y eclesiástica quien se niega a reconocer su existencia; o bien quien hace de ella un principio que existe por sí y que no tiene, como cualquier otra creatura, su origen en Dios; o bien la explica como una pseudo-realidad, una personificación conceptual y fantástica de las causas desconocidas de nuestras desgracias” (2).
Fuente:
(1) “El Papa Francisco critica a los curas que niegan la existencia del demonio y la posesión diabólica”. En: https://www.religionenlibertad.com/vaticano/31634/el-papa-francisco-critica-a-los-curas-que-niegan-la-existencia.html
(2) “Fe cristiana y demonología”. Disponible en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19750626_fede-cristiana-demonologia_sp.html
Para compartir:
1.- ¿Qué conoces sobre el papel de Satanás y los demonios en relación con el pecado y nuestra experiencia cristiana?
2.- ¿Crees que es posible vivir una vida de plenitud cristiana sin aprender nada sobre Satanás y los demonios?, ¿Cómo sería posible?
Elaborado por:
Nelson Ledezma, mfc
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