Lecturas del día: 1Sam 1, 9–20; 1Sam 2, 1, 4–5, 6–7, 8; Mc 1, 21–28.
*Comentario:*
Era sábado y entró Jesús a una Sinagoga en Cafarnaúm; pero, ¿acaso lo hizo para ratificar y perpetuar el sábado como el día del Señor, en la nueva Alianza? Debemos decir al hermano adventista: ¡No! y como San Jerónimo, explicarle: _“al llegar el sábado, entró en la sinagoga y les enseñaba: que abandonaran el ocio del sábado y asumieran las obras del Evangelio”_
Y enseñaba, pero de tal forma y con tal diferencia, que estupefactos estaban, porque lo hacía _“no como los escribas sino como quien tiene autoridad”_ *Mc 1, 22* Y ¿por qué? ¿Quién es el que habla? Oh, aquellas religiones que rechazan la divinidad del Maestro para rebajarlo a mero profeta, o los Testigos de Jehová, que alucinan viéndolo como un arcángel. En la Sinagoga está presente _“el Camino, la Verdad y la Vida”_ *(Jn 14, 6)* ¿Quién el que ha llegado a la Sinagoga?
La Verdad, ella misma, se revela; por sí misma y ya no mediante otro *(cf. Jn 1, 1. 14; 18, 37);*
La Vida, en sí misma, se ha entregado al hombre para sacarlo del abismo de la muerte *(cf. Jn 3, 16; 10, 10)*, ya no hacen falta la ofrenda de machos cabríos *(cf. Hb 9, 12-14);*
El Camino a la eternidad ya está ante el hombre, y no hay otro, sino Jesucristo: Dios mismo que vino a salvarle *(cf. Is 25, 9; Hch 4, 12; Ti 2, 13) .
Oportuna y providencial, para estos hermanos que aún no conocen a Cristo, decirles lo que enseñaba San Jerónimo a los adversarios de la Iglesia en su época: _“No enseñaba como un maestro, sino como el Señor: no hablaba, apoyándose en otra autoridad superior, sino que hablaba él mismo con la autoridad que le era propia. Hablaba así, en definitiva, porque con su propia esencia estaba diciendo lo que había dicho por medio de los profetas. «Yo, que hablaba, he aquí que estoy presente».”_
Estupefactos quedan quienes se obstinan en no reconocer a Jesucristo-Dios, diciendo también como los judíos: ¿qué es esto?, ante el poder de Cristo sobre el demonio que tenía poseído a un hombre que entró a aquella sinagoga, y ante su sola presencia se puso a gritar:
_“¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que tú eres el Santo de Dios.” Jesús le hizo frente con autoridad: “¡Cállate y sal de ese hombre!” El espíritu impuro revolcó al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió de él.”_ *(Mc 1, 24-26)*
Un minucioso estudio de este episodio, y de todo su contexto, deja ver con claridad que el propósito teológico de este pasaje del evangelio es el de revelar la naturaleza divina de Cristo, anunciar que se ha cumplido la Promesa: Dios se hizo hombre, vino a salvarle, y por eso, Dios increpa a Satanás y le ordena: _“Cállate y sal de este hombre”_ *(Mc 1, 25)*
*Para compartir:*
1) _¿Qué signos y datos de este pasaje del evangelio revelan la divinidad de Jesucristo?_
2) _¿Qué responderías a un adventista que use este relato del Evangelio para decir que Cristo nos manda a guardar el sábado y no el domingo?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc