Lunes, I Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas del día: 1Sam 1, 1–8; Sal 116, 12–13, 14, 17, 18–19; Mc 1, 14–20
*Comentario:*
Los cristianos hacemos memoria hoy de San Hilario (~320-368), obispo y doctor de la Iglesia, y fue un gran defensor de la fe católica. También nos dio por herencia una rica eclesiología, de mucha valía y necesidad para estos tiempos donde los católicos andamos como átomos e islas, muy indiferentes y apáticos unos de otros, lo que ha ocasionado en gran medida un caldo de cultivo para la deserción hacia las sectas. De la Trinidad y la Iglesia decía San Hilario:
_»De modo que lo propio del pueblo de Dios es ser hermanos bajo un mismo Padre, ser uno bajo un mismo Espíritu, avanzar armoniosamente formando una misma familia, ser miembros de un mismo cuerpo bajo una misma cabeza»._
A los Testigos de Jehová, cuando dicen que Cristo no es Dios aduciendo que el propio Cristo afirmó ser inferior al Padre, o cuando niegan la existencia de la Trinidad, les cae como anillo al dedo esta defensa de San Hilario:
_“Cuando Cristo declara: “El Padre es superior a Mí” *(Jn I4,28),* habla indudablemente de su naturaleza humana. Pero, aunque se debiera aplicar esta sentencia al Verbo divino mismo, sería todavía exacta en un sentido relativo, para expresar que el Padre es el principio del que tiene el Hijo todo lo que es, sin que de ello resulte sin embargo una diferencia de naturaleza o de inferioridad: “No es inferior aquel al que se le da un mismo Ser: aunque de él difiera por la propiedad de la denominación de Padre, no difiere de él sin embargo por naturaleza”_ (La Trinidad, IX, 54. Ps. I38,I7).
_“Jesucristo ordenó bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, esto es, reconociendo al Creador, al Hijo único y al Don” (La Trinidad, I, 35; II, I). “Pero no dejan de ser los tres Uno por la naturaleza, la substancia y la esencia” (Los Sínodos, I2)”_
En el Evangelio de Marcos que nos trae hoy la Liturgia, aparece un interesante fragmento que descubre la mentira de los grupos protestantes que afirman que los apóstoles Santiago (el mayor) y Juan eran hijos de la madre de Jesucristo. El evangelista señala que su padre era Zebedeo, lo que demuestra que no era José, el esposo de María. Veamos:
_“Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes”_ *(Mc 1, 19)*
Y para demostrar que su madre no era la madre de Cristo, tenemos esta evidencia: la madre de los hijos de Zebedeo (Santiago y Juan) estaba al pie de la cruz acompañando en su dolor a la madre de Cristo *(cf. Mt 27, 56),* y su nombre era Salomé *(cf. Mc 15, 40; 16, 1)*
*Para compartir:*
1) _¿Qué conocimiento logró adquirir para fortalecer y defender la fe verdadera?_
2) _¿Qué importancia tiene hoy conocer los escritos de grandes sabios cristianos de los primeros siglos de la Iglesia, como San Hilario de Poitiers?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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