*Lecturas del día:* Rom 5, 12 -15. 17-19.20-21; Salmo 39; Lc 12, 35 -38
*Comentario:*
La Palabra de Dios que en este día se nos proclama, pone ante nosotros una revelación tan profunda, que de la aceptación o rechazo que hagamos de ella depende en gran medida cómo vivamos nuestra vida cristiana.
San Pablo en este pasaje de la Carta a los Romanos que venimos leyendo llega a un punto culminante en el desarrollo de la misma, ya que mostrando cómo toda la humanidad estaba herida por el pecado, el cual ni la Ley dada por Dios a los Israelitas había podido extirpar, estaba necesitada de Salvación.
Esta Salvación no puede ser obtenida o alcanzada por ningún ser humano por sus solas fuerzas y méritos, sino que Dios nos la dio en y por medio de Cristo, su Hijo, quien nos alcanzó la Victoria sobre el Pecado y la Muerte, venciendo en la Cruz y por la Resurrección a Satanás, nuestro Enemigo. Por éso, la Salvación es la Gracia que recibimos por la Fe en Cristo Jesús.
Sin embargo, existen en la actualidad graves errores sobre cómo obtenerla y cómo vivirla: En primer lugar, ya no se predica sobre que todos los hombres somos pecadores y que necesitamos de un Salvador, sustituyendo esta predicación evangélica por discursos de buen comportamiento o proclamando una falsa misericordia de Dios que perdona todo, aunque el hombre no se arrepienta ni se convierta. En segundo lugar, los protestantes y las sectas predican que basta reconocerse pecador, aceptar a Jesús como Señor y «bautizarse» para ser salvo, pero desprecian la Reconciliación y los demás Sacramentos para vivir en constante Estado de Gracia. En tercer lugar, muchos católicos no han tenido una conversión decisiva en sus vidas, por lo que aunque tenemos en la Iglesia Católica la plenitud de medios (Palabra de Dios, Sacramentos, Sucesión Apostólica, etc.) para vivir en Gracia de Dios, caemos en el desprecio o en el no recurrir a los mismos.
Por tanto, la Fe auténtica no produce ni procura una Falsa o endeble Vida de Gracia; por el contrario – como lo dice el Salmo de hoy – lleva a la Obediencia de Fe que se traduce en obras, es decir en una Vida Sacramental frecuente y en una Caridad auténtica. Todo esto tal y como lo explica detalladamente nuestro Catecismo de la Iglesia Católica en su segunda y tercera parte. Que el Señor nos haga vivir en Gracia y nosotros la aprovechemos día con día.
*Preguntas para compartir:*
- _¿Vivo en constante Conversión aprovechando la Gracia de Dios?_
- _¿De qué manera puedo ayudar a Católicos y Protestantes a vivir una auténtica Vida en Cristo?_
*Elaborado por:*
Pbro. Christopher Cortés, Mfc
