*Lecturas del día:* Ag 1, 1-8; Sal 149; Lc 9, 7-9
*Comentario:*
En la escucha de la Palabra de Dios que estamos haciendo durante esta semana tenemos la oportunidad de recibir este texto que nos permite considerar una situación tristemente presente en el Pueblo de Dios a lo largo de su historia: la Indiferencia.
La gran mayoría de los Bautizados suelen actuar así. Esta situación se muestra de diversas maneras. Por ejemplo, como lo dice Ageo: «el Pueblo de Dios ya había vuelto del Exilio de Babilonia y habían pasado algunos años y no habían puesto empeño en reconstruir el Templo de Jerusalén.» De esta manera, la unidad entre ellos se realizaba de una manera falsa y sin fundamentos. Por éso, las palabras de Ageo van más allá de la construcción de un Edificio Material sino que son un reclamo a la negligencia de los repatriados.
Cierto es que la indiferencia, la incredulidad y la negligencia actual tienen raíces muy profundas, sobre todo por los antitestimonios históricos de los Bautizados: los Cismas de Oriente y Occidente, la Reforma Protestante, las Guerras de Religión, las injusticias cometidas por Católicos y Protestantes en el Asia, África y América, los Escándalos sexuales y financieros, las intrigas que suceden desde el Vaticano hasta la más pequeña de las Parroquias, etc. Aunque, por más terribles que hayan sido, todo ésto son sólo pretextos para quien no quiere creer y salvarse.
Por esta razón es que la Conversión Personal, Pastoral y Eclesial, así como la Unidad de todos los Bautizados en una sola Comunidad Visible son urgencias inaplazables para el Anuncio del Evangelio ante un mundo que ha optado por existir sin Dios y contra Dios.
Que reasumamos todos nuestra vocación de ser Testigos de la Presencia y Acción de Dios en y para el mundo.
*Preguntas para compartir:*
1. _¿Cómo contribuyes a construir la Casa de Dios?_
2. _¿ Cómo respondes cuando alguien te alega alguno de los pecados hechos por los Bautizados?_
*Elaborado por:*
P. Christopher Cortés, mfc