*Lecturas del día:* Ex 40, 16 – 21. 24 – 38; Sal 83; Mt 13, 47 – 53
*Comentario:*
En la Eucaristía de este día escuchamos la Palabra de Dios que es un tesoro inagotable para todo aquél que quiera poseerla.
Hoy escuchamos de hecho el texto del Éxodo sobre la Inauguración – Consagración de la Tienda del Encuentro, con el cual concluye este libro y el pasaje final del Discurso Parabólico de San Mateo. Específicamente en su conclusión, el evangelista menciona esta frase con la que Jesús cierra sus parábolas y que es fundamental comprender: _»Todo escriba instruido en las cosas del Reino de los Cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas»._ Sin embargo, muchas veces no ha sido asimilada ni entendida por lo que tantas consecuencias – no siempre positivas – ha tenido esta situación.
Con estas palabras Jesús mostró cual debería ser la manera de leer tanto los textos ya escritos del Antiguo Testamento como los que tras su Muerte y Resurrección se escribirían para anunciar el Evangelio: en la unidad y la continuidad de una sola y única Revelación del único Dios Vivo y Verdadero.
Muchas veces éste ha sido el problema de la interpretación de los textos inspirados. Por un lado, mucha gente quiere interpretar los versículos o los pasajes de forma aislada; por otro, se quiere establecer un antagonismo que no existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Incluso, la Apologética puede caer en este error, haciendo que la defensa de la Fe sólo sea hecha en base de versículos que, como cartas de juego de mesa, se lanzan uno tras otro queriendo rebatirlos uno contra otro, en lugar de leerlos en la unidad del Plan Salvífico de Dios.
Por éso, hacer caso a estas palabras del Señor son fundamentales para nuestra vida cristiana. De esta manera no caeremos ni en falsas luchas ni en interpretaciones a conveniencia, así como tampoco incurriremos en la tentación de afirmar que la Palabra eterna de Dios ya no tiene validez en cuestiones actuales como los asuntos de Moral Sexual, de Ideología de Género, etc.
Tan bien lo entendió San Pablo y cada uno de los Escritores Sagrados (Hagiógrafos), que en la redacción de sus Cartas o Evangelios no incurrieron en una oposición frontal entre el Antiguo Testamento y lo que ellos iban redactando, sino que fueron mostrando cómo lo que Dios había hecho o dicho en el pasado a sus Padres, ahora había sido cumplido por Jesucristo y, por tanto, ellos eran los NUEVOS ESCRIBAS que ya no partían de sus ideas u opiniones sobre Dios, sino que iban siendo los Padres de familia que transmitían la Palabra de Dios a las comunidades que engendraban para Cristo.
Dejemos, pues, atrás todo vicio en la Interpretación de la Sagrada Escritura y comencemos a ser servidores fieles de la Palabra de Dios.
*Preguntas para compartir:*
- _¿Conoces el Documento sobre «La Interpretación de la Biblia en la Iglesia»?_
- _¿Cuentas con una Biblia que tenga elementos para una buena Interpretación de la Palabra de Dios?_
*Elaborado por:*
- Christopher Cortés, mfc
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