*Liturgia<📖> Apologética*
De la Liturgia de la Palabra.
Lunes después de Pentecostés
Fecha: 10 de junio de 2019
Lecturas bíblicas: *Hch 1, 12 – 14. Jn 19, 25 – 27*
*Comentario:*
Así como en el Concilio de Éfeso se proclamó el Dogma de la Doble Naturaleza de la Persona de Jesús, por la cual a partir de su Encarnación en el Vientre de María, su Divinidad se unió misteriosamente a nuestra Humanidad, sin división ni separación y – por consecuencia – se puede afirmar sin mentira ni herejía que María es Madre de Dios en referencia a Jesús, el Hijo del Padre Celestial, en el Concilio Vaticano II se afirma en el Capítulo VIII de la Constitución Dogmática Lumen Gentium que María es Madre de la Iglesia.
Las lecturas propias de esta Memoria, instituida litúrgicamente por el Papa Francisco hace un año, nos revelan la profundidad de este Misterio. En efecto, el Evangelio de San Juan, al mostrarnos la escena del Calvario en la que María está al pie de la Cruz junto al Discípulo Amado y el Libro de los Hechos de los Apóstoles al hacernos escuchar cómo junto a la lista de los Once Apóstoles sobrevivientes María encabezaba la lista de las Mujeres que formaban parte de las Discípulas de Jesús nos muestran lo que ésto significa.
En efecto, este no es un título nacido ni de la idolatría, ni de un afecto excesivo de nuestra devoción sino que es un aspecto propio de la Divina Revelación. Si Cristo es la Cabeza del Cuerpo de la Iglesia, Ella es Madre del Cristo total, por lo tanto, es también Madre del Cuerpo, es decir, de nosotros, que somos el Cuerpo de Cristo.
Por lo tanto, la vocación de María tiene – como todas las vocaciones – una doble relación: con Cristo y con la Iglesia y, en consecuencia, no es una acción de autorrealización sino un servicio de humildad a la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para el crecimiento del Pueblo de Dios.
Todo lo que los Protestantes y Sectas puedan decir en contra de la Vocación de María es sólo infinidad de argumentos falsos que no profundizan en el Misterio de la Divina Revelación y que solo parten de ideas mundanas y preconcebidas.
Por éso, el que María sea Madre de la Iglesia no es la consecuencia de un propio esfuerzo, sino una Gracia que Dios le ha dado y a la que Ella ha correspondido. Que así como María oró mientras formó parte de la Iglesia en la Tierra, ore por nosotros en la Comunión de los Santos en Cuerpo y Alma en los Cielos intercediendo ante su Hijo Resucitado.
*Preguntas para compartir:*
1. _¿De qué Dogma forma parte entonces el título de María, Madre de la Iglesia?_
2. _¿ Has leído el Capítulo 8 de la Constitución Apostólica Lumen Gentium sobre María?_
*Elaborado por:*
P. Christopher Cortés, mfc