*Liturgia<📖> Apologética*
De la Liturgia de la Palabra.
Fecha: 28 de abril de 2019
Lecturas: *Hech 5, 12-16; Apoc 1, 9-11.12-13. 17-19; Jn 20, 19-31*
*Comentario:*
En la alegría de la Resurrección como Iglesia seguimos celebrando con gozo el Triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte y – a la luz de su Palabra – nos disponemos a consolidar más nuestra Fe.
De entre todos los temas que podrían ser abordados apologéticamente, hoy podemos fijar nuestra mirada en el «Día del Señor» y la Eucaristía como forma propia de celebrarlo.
En el Antiguo Testamento – sobre todo en los Profetas – , la expresión «Día del Señor» hace referencia a la llegada del Juicio de YHWH sobre Israel y las demás naciones; sin embargo, en el Nuevo Testamento adquiere un significado totalmente distinto: el Primer Día de la Semana judía, a partir de las Apariciones de Jesús Resucitado que acontecieron, como lo escuchamos en el texto evangélico de hoy, comenzó a ser llamado como Día del Señor, tal y como lo escuchamos en el texto del Apocalipsis. Día del Señor comenzó a significar «Día del Resucitado». Así, los primeros cristianos pasaron de la celebración sabatina en la sinagoga a la celebración dominical en las casas y en los lugares donde podían reunirse para la Fracción del Pan de la Cena del Señor, la cual ya no era solamente anual como la Pascua judía, sino que comenzó a tener un ritmo semanal.
La razón de esta Celebración semanal no fue un simple convenio entre las Comunidades, sino que fue algo constitutivo desde el principio del Cristianismo y la causa – razón fueron las Apariciones del Resucitado, quien se presentó ante ellos la tarde del Día de la Resurrección y ocho días después.
Por lo tanto, para los Primeros Cristianos – y para nosotros debería ser lo mismo – la Eucaristía era la Aparición semanal del Señor Resucitado en la Fracción del Pan y este Encuentro era la clave de la Vida cristiana en plenitud.
Por lo tanto, como lo exhortaba el Autor de la Carta a los Hebreos, ningún bautizado debería abstenerse de participar en la Eucaristía, pues el mismo Señor que partió el Pan en Emaús, es el que en cada Eucaristía se nos aparece ante nosotros para hacernos pasar de la incredulidad a la Fe auténtica.
*Preguntas para compartir:*
1. _¿Tu Domingo lo organizas en base a la Celebración Eucarística?_
2. _¿Cómo mejorarías tu participación en la Eucaristía y animarías a otro a hacerlo?_
*Elaborado por:*
P. Christopher Cortés, mfc