Identifica bien tus fortalezas, tus recursos para hacer frente a los retos de hoy y del mañana, y corta con aquello que represente amenaza y riesgo para ti y para los demás. No lo hagas aislándote.

Busca orientación en personas que sean de fiar doctrinal y moralmente, que no te lleven al tropiezo en momentos donde es tan indispensable tomar decisiones correctas; por ejemplo: no vayas a consultar lugares o personas asociadas a sectas protestantes, brujería, ocultismo, coatch de dudosa confiabilidad que pretenden sustituir a sacerdotes, psiquiatras, psicólogos y orientadores de reconocida trayectoria, o en prácticas distantes a la fe cristiana, como el yoga, los mantras, reiki, feng shui, astrología, y otras, por el estilo.

Para bien de almas emprendedoras, es de grandísima ayuda buscar y encontrar un Director Espiritual, algún sacerdote, o hermanos en la fe de la Iglesia que Cristo fundó, a quienes acudir eventualmente a dialogar, discernir y preparar las decisiones más importantes.

Si crees que puedes tener trastornos de estrés busca ayuda profesional especializada en el área de la salud mental, ya sea médico psiquiatra o psicólogo (cf. Sir 38, 12-13). Hay momentos en que en su mano está la solución.

1.- ¿Qué clase de ayuda se debe buscar para solucionar el estrés; y de cuáles, se debe alejar para no tropezar en males mayores?

2.- ¿Por qué es tan perjudicial aislarse y resolver solos el estrés?

P. Héctor Pernía, mfc