LA ACEDIA, UNA PESADA CRUZ PARA EL EVANGELIZADOR
Cuando el católico intenta atraer la Iglesia a su propia familia, cuando sale e invita a sus vecinos a participar en la Eucaristía, a un Santo Rosario, o en otra celebración de la Iglesia, siente de frente el rechazo, la indiferencia y a veces, hasta la burla y la ofensa; en tales momentos, ese católico no se está sintiendo solo, puesto que su dolor es hoy, continuidad y cumplimiento del dolor en todo el cuerpo de Cristo -la Iglesia- llevando su cruz hacia el Gólgota y siendo crucificado con maltratos, calumnias, laceraciones y torturas.
Cuando atravieses esos momentos tan difíciles de soledad, viendo cómo el mensaje de Cristo encuentra oídos cerrados. Mírate en el espejo de Cristo rechazado por aquellos que Él salva, y sigue su ejemplo suplicando al Padre por todos esos pecadores, pidiendo misericordia y compasión, orando y diciendo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
Si conocieran los dones de Dios, y supieran que con ellos están tocando la puerta de sus corazones para entrar y bendecir sus vidas, se levantarían pronto para abrirles la puerta y acogerlos.
Los católicos más entregados a la oración, a los Sacramentos y a la evangelización, se quejan a menudo porque sus familias, sus vecinos no van a Misa y no participan en las actividades religiosas. Sucede que en muchos casos, esos mismos católicos con su modo áspero, asediante y regañón, son los causantes de que las personas reacias a la Iglesia se tornen más radicales aún. Se oponen a participar porque se hacen de la Iglesia una imagen muy negativa, a partir de la pésima carta de presentación que esos católicos muestran con su mal genio y su doble vida.
PARA COMPARTIR:
1.- _¿Qué riesgos y tentaciones rondan en un evangelizador ante un ambiente donde dominan la apatía y la indiferencia ante el anuncio del Evangelio?_
2.- _¿Cómo evitar o superar la acedia espiritual?_
ELABOADO POR:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
FUENTE:
Los temas a presentar en la secuencia de orientaciones sobre la Acedia en orientación hacia la asocialidad son tomados de la Guía de Auxilio Espiritual, escrita por el mismo elaborador de esta publicación.