Apologética en la Liturgia de la Palabra
EL CRISTO DE LAS SECTAS: ¡RARO Y EXTRAÑO!
Sábado, XXIX Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
San Simón y San Judas, apóstoles, fiesta.
Lecturas del día: Ef 2, 19-22; Sal 18, 2-5; Lc 6, 12-19.
Comentario:
La solemnidad de los apóstoles San Simón y San Judas provoca una interesante pregunta: Si los cristianos, supuestamente, no son los católicos sino aquellos grupos que andan diciendo: “¡Yo era católico, ahora soy cristiano!,” ¿por qué, no son ellos sino la Iglesia Católica la que celebra todos los años, en la fecha de hoy, la fiesta a estos dos apóstoles?
¿Has visto alguna de esas sectas celebrándole cada año una fiesta a los doce apóstoles, a los primeros mártires de la Iglesia, y a los discípulos de Cristo que vivieron santamente, desde su venida hasta hoy? ¡No!, ¿verdad? Y, ¿Por qué no lo hacen? Sencillamente, porque no son la Iglesia de Cristo. Si no celebran ni honran la santidad de quienes siguieron a Cristo, ¿Cómo pueden entonces demostrar que honran a quien los transfiguró y los llevó a esos siervos a la santidad?
El Cristo de las sectas protestantes es raro, es extraño. Es el asomo del falso Mesías del cual nos habló el mismo Cristo en Mt 24, 24 y también san Pablo en 2Co 11, 3-4. Predican a un Cristo sin Santos, que en el transcurso de los siglos no ha sido capaz de convertir a nadie. Anuncian un “Cristo nuevo”, lo que es totalmente anti bíblico, porque Cristo es solo uno y el mismo, ayer, hoy y siempre (Hb 13, 8). Podría decirse, en todo caso, que es aquél del cual nos hizo advertencia el apóstol Pablo en su segunda carta a los cristianos de Tesalónica: “El Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios” (2Ts 2, 4).
No debe sorprenderte en nada que ese falso Cristo ya esté presente y arrastrando a muchos bautizados a la apostasía y la perdición. Enseguida al versículo anterior, san Pablo dejó el aviso para que ninguno se dé por desinformado: “¿No os acordáis que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros?” (2Ts 2, 5) ¿Hay alguna señal para descubrir al Adversario que simulará ser Cristo?: el mismo san Pablo responde: con señales y prodigios milagrosos capaces de engañar a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor a la verdad (cf. 2Ts 2, 9-10)
Así es el falso “cristo” que habita entre las Sectas protestantes: Un “cristo” sin Santos no es el Cristo verdadero. Un “cristo” incapaz de santificar a quienes le siguen. Un “cristo” que no pudo hacerlo durante más de veinte años. Tenemos, en la negación de la existencia de los Santos, la más grande de las infamias y ofensas a Cristo: Dan a entender por inferencia directa que, a fin de cuentas, Cristo tampoco es santo, por no haber sido capaz de llevar a la santidad a ningún ser humano durante tantos siglos.
“El Cristo verdadero deja a su paso, a lo largo de la historia del cristianismo, una incontable estela de Santos. Cristo es la Raíz de muchas Ramas Santas. Como dice en Rm 11, 16: Si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz es santa también las ramas”. Cristo también dejó, para conducir su Rebaño hasta el final de los tiempos, un pastor principal (cf Mt 16, 17-19; Jn 21, 15-17) y un Colegio Apostólico (cf. Mc 3, 16-19) para acompañarle en el gobierno y la santificación de la Iglesia. Eso es lo que confirma, celebra y anuncia la Iglesia Católica cada vez que festeja la memoria de un apóstol, de un mártir, o uno de los millares de Santos como San Simón y San Judas Tadeo. ¿No deberías, por lo tanto, decirle cristiana a la Iglesia que, reconociéndose pecadora, honra la santidad presente en la Iglesia de Cristo?
Para compartir:
1.- ¿Cuál es el origen bíblico de la organización jerárquica de la Iglesia Católica?
2.- ¿De qué manera Jesucristo proveyó de guía, unidad y gobierno a su Iglesia hasta su segunda venida?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc