Apologética en la Liturgia de la Palabra
¿CÓMO ES QUE LA MADRE DE MI SEÑOR VIENE A MÍ? (Lc 1, 43)
Lunes, XXIII Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
La Bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de Coromoto (en Venezuela, solemnidad).
Lecturas del día: Si 24, 1-2. 5-7. 12-16. 26-30; Sal Jdt 13, 23-25; Ga 4, 4-7; Lc 2, 15b-19.
Comentario:
La Conferencia Episcopal Venezolana en 1942 la nombró Patrona de Venezuela por ser auténtica aparición de la Virgen en persona y no sólo una devoción mariana. El Papa Pío XII lo confirmó en 1944. Su coronación canónica se realizó el 11 de septiembre de 1952 y desde entonces en esta fecha se celebra el día de Nuestra Señora de Coromoto.
Breve historia:
Dios se manifiesta con María de Coromoto a la familia venezolana. Al comienzo de nuestra historia, un 8 de septiembre de 1652, en las tierras de los llanos venezolanos, en las cercanías de Guanare, la Bienaventurada Virgen Santa María, por ser gloriosamente asunta al cielo en cuerpo y alma, después de muerta, se aparece visiblemente al Cacique Coromoto, a su familia y a nuestros antepasados los Indios Cospes, invitándolos a conocer y vivir el Evangelio por medio del Bautismo.
Al comienzo de las misiones los indígenas se habían retirado a las selvas de las montañas altas de Portuguesa, porque no aceptaban la presencia de los Españoles que habían llegado en sus tierras. Pero las apariciones de Nuestra Señora fueron motivo de reacercamiento y pacificación. La Virgen María dejó un mensaje especial y al mismo tiempo una Reliquia con su Imagen Milagrosamente Impresa como signo tangible de sus apariciones, mensaje y gracia para nuestro pueblo y para todos los creyentes.
Mensaje Coromotano
«Vayan a que los blancos para que le echen agua en la cabeza para ir al cielo».
Estas palabras de la Virgen María motivaron y siguen invitando al Sacramento del Bautismo.
El primer efecto de las Apariciones fue el acercamiento entre los Indios y los Españoles para fundirse en una sola «comunidad de Iglesia» (sentido apologético). La Gracia Coromotana es fuente y justicia de paz para todos, se presenta como la portadora de la Verdad.
María asociada a Jesús en la construcción del Reino nos pide desde nuestro Bautismo, un compromiso mayor de colaboración sincera como Misioneros, Catequistas, Gentes de Pastorales, Ministros Laicos, Sacerdotes, Religiosas /os… auténticos discípulos misioneros.
María le habla a la Familia para que sea auténtica comunidad Cristiana, pilar de la Iglesia y fermento humanizado de la sociedad.
Reliquia Coromotana
En rueda de prensa celebrada el 4 de septiembre de 2009 en la sede de la (CEV), con motivo de la restauración de la Reliquia se apreciaron nuevos hallazgos.
Entre otros están:
■ Se logró identificar en los ojos de la Virgen, de menos de 1 milímetro la presencia de iris.
■ El ojo izquierdo se pudo definir como un ojo de características humanas.
Espiritualidad:
El amor a la Madre está arraigado en el pueblo cristiano. A ella la veneramos como la Madre de Dios.
Ella, además de su maternidad divina (cf. Lc 1, 35. 43) y, de su maternidad universal sobre toda la Iglesia y la Creación , la cual, que le fue dada por el mismo Jesús al pie de la cruz (cf. Jn 19, 26; Ap 12, 1-2), sigue su papel de Madre de los seguidores de su Hijo (cf. Mc 3, 31; Ap 12, 17).
Ella es, pues, madre; es auxilio, medianera, intercesora, protectora, socorro, abogada; todos estos títulos señalados y fundamentados en la ‘Lumen Gentium, 8’ del Concilio Vaticano II.
A partir del encuentro entre María y su prima Isabel, se realizan las visitas que ella hace a la humanidad, para guiarnos al Verbo Encarnado y a la Iglesia que Él fundó en Pedro. Desde ese momento María se convierte en la primera Discípula, la primera Misionera, la primera Catequista y Evangelizadora. Razón ésta que la trae a tierras Venezolanas; como madre de Jesús que colabora y coopera con su obra.
Para compartir:
1.- ¿Sabes que sólo hay dos Mariofanías en el mundo, están en Venezuela y México?
2.- ¿Sabes que hay cientos de apariciones que hasta que el Magisterio de la Iglesia las confirme no son seguras para nuestra Devoción Mariana?
Elaborado por:
Edgar Loyo, mfc